SE PUEDE SER DE PUEBLO PERO NO UN PALETO

La figura del «carismático, pendenciero y vividor» dominicano Porfirio Rubirosa es rescatada por el escritor Jaime Royo-Villanova en “El último playboy”, una biografía novelada que repasa sus vivencias en el París de los años 20 y sus amores con actrices como Ava Gardner o Verónica Lake.

Buscavidas en las callejuelas de Santo Domingo y París, Porfirio Rubirosa llegó a situarse en lo más alto de la «jet set» internacional gracias a sus dotes de seductor.

Porque, como explicó el escritor, pese a que «se amó a sí mismo por encima de todo», consideraba la amistad como algo sagrado y siempre se mostró tal cual era, sin engañar a nadie.

«Aunque fue un canalla, siempre trató a las mujeres como si fueran las únicas del mundo«, afirmó Royo-Villanova, para añadir que una muestra de su «carisma y modales» es que «ninguna de las mujeres con las que tuvo relación habló jamás mal de él».

Amante de Ava Gardner, Jane Mansfield o Verónica Lake, y casado en cinco ocasiones, Rubirosa concebía el amor como «una cuestión de instantes» y el sexo, como una competición, en la que su disfrute se basaba en cuanto hiciera gozar a la mujer, indicó el autor.

Sobre Rubirosa se han dicho muchas cosas pero quizá lo que más nos acerque a su personalidad son las palabras que le dijo a un amigo: «Si tú quieres entablar una conversación con una joven que te agrade, especialmente en la calle, sólo tienes que acercártele y decirle ‘Por favor ¿podría usted decirme donde queda la acera de enfrente?’, cosa que ella va a encontrar muy extraña y pensará que usted busca un motivo tonto y hasta jocoso para conocerla. De ahí puede surgir una conversación que podría convertirse en una amistad o quién sabe hasta en un romance».

«¿Qué será, será lo que Porfirio tendrá?».

Historia Patria Dominicana.

No sé lo que tendría Rubirosa, personaje de una personalidad arrolladora, carismático, pero una cosa sí está clara, Rubirosa era un Playboy pero desde luego no era UN PALETO.

PEPA Roble

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